miércoles, 16 de enero de 2013


Hubo 26 muertos el fin de semana en la Gran Caracas

Caracas.- De varias puñaladas le quitaron la vida a Jefferson José Bueno Gil, obrero, de 29 años, por un puesto de trabajo en una obra de vialidad en el sector La Garza, del barrio Blandín, en la carretera vieja Caracas-La Guaira.   
Sus familiares lo buscaron al notar que no regresaba a su residencia, y lo encontraron en el hospital Periférico de Catia, donde lo llevaron los Bomberos de Caracas, y allí murió.   
Los hechos se registraron el miércoles, a las 12:10 de la tarde. Esa mañana estuvo Jefferson Bueno “haciendo portón”, esperando en la fila a que le dieran un cupo para trabajar. Estaba desempleado desde octubre, cuando cesaron los tres meses de labores que le dieron en esa obra.   
En vista de que el obrero Edward Carrasquero no había llegado a su trabajo y estaba faltando con mucha frecuencia, el caporal le dio ese cupo a Jefferson, quien comenzó a laborar ese mismo día.   
Carrasquero llegó retardado, y al enterarse de que había sido sustituido, entró en cólera y atacó con un cuchillo a Jefferson Bueno.   
El hombre vivía en el sector Altavista, Catia. Dejó un hijo de 7 años y a su esposa embarazada.   
Este fin de semana fueron ingresados 26 cadáveres en la morgue de Bello Monte.   
Las autoridades registraron 6 el sábado, 9 el domingo y 11 este lunes. En lo que va del mes de enero reportan 186 cuerpos.   
Mató a su madrastra   
También llevaron a la medicatura forense el cadáver de una mujer de 35 años, supuestamente ultimada por su hijastro, un adolescente de 13 años.   
El suceso se registró la mañana el domingo en una residencia ubicada en la entrada de la zona 1 del barrio José Félix Ribas de Petare.   
La mujer residía con su esposo, el hijastro al que crió desde los 3 años, y sus pequeños hijos, de 8 y 4 años.   
El adolescente fue a la casa de una prima de la víctima y le dijo que algo le había ocurrido, porque tenía cerrada la puerta de su habitación.   
La hallaron sin vida, con el cuerpo ensangrentado, y el rostro desfigurado debido a los golpes que recibió con un bate de béisbol. Las paredes y el techo estaban salpicados de sangre.   
El adolescente, que con anterioridad había presentado una conducta irregular, acusó a su padre, diciendo que este le había dado el primer batazo y luego él la remató. Después cambió la versión, alegando que había sido la prima la autora del crimen, hasta que confesó su culpabilidad ante los funcionarios del Cicpc, siendo trasladado al despacho policial.   
“Queremos que se haga justicia. Mi hermana era una mujer de hogar, que deja a sus hijos huérfanos”, expresó Karelys García.   
El adolescente es hijo de un comerciante, propietario de una panadería y de una venta de comida rápida, producto de su unión con una colombiana.   
Dicen que tenía una conducta extraña, era agresivo, dibujaba escenas macabras. El padre fue interrogado y descartado. 
  

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